Un Ramo ¿Para qué? Para alabar a Jesús 

Una reflexión pastoral sobre la entrada de Jesús en Jerusalén en el Domingo de Ramos 

Darío Navarro Oyarzo SDB 

Todos los años nos disponemos para celebrar la Semana Santa. Sabemos que comienza con el Domingo de Ramos, dando el inicio a las celebraciones más importantes de la Iglesia Católica. Según las estadísticas eclesiales, es el domingo dónde asisten la mayor cantidad de personas a los templos y participan de la celebración. El motivo es, porque quieren conseguir un ramo bendito.    

¿Para qué queremos un ramo bendito? Algunas personas, me atrevo decir que un grupo mayoritario, anda en busca de un amuleto, ejemplo de ello es que le colocan cintas rojas, incluso otros elementos que no son parte de la tradición cristiana. El ramo bendito no es un objeto que nos traerá buena suerte. Nos recuerda la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la aclamación que el pueblo hace a Jesús, quienes lo reciben como un rey. Pero, también, nos recuerda que Jesús entregará su vida por nosotros. Es por ello que se utiliza el color rojo en la liturgia y se lee la lectura de la Pasión del Señor.   

Todo ser humano necesita de los signos, ya que ayudan a descubrir algo mayor. En este caso, el ramo es un signo de la fe de los creyentes en Cristo. Es una forma de dar testimonio de lo que se cree y se profesa. Es por esto, que debemos darle el verdadero significado al signo del ramo.  

¿Qué podemos hacer el con el ramo bendito? Por el hecho de estar bendito, debemos cuidar el ramo y otorgarle la dignidad que se merece. El ramo es para colocarlo en un lugar visible de nuestras casas, para que se visto por todos, especialmente por aquellos que llegan de visita. Es así como se da testimonio de cristianos.  

Podemos llevarlo de regalo a algunas personas que están impedidas de asistir a las celebraciones de la Semana Santa, ya sea por enfermedad u otras situaciones. Aquí el ramo se convierte en un signo del amor de Dios que llega a la casa de las personas y les otorga su bendición.    

Los invito a que en esta Semana Santa demos testimonio de ser discípulos del Señor, manifestando que Cristo nos muestra la verdadera experiencia de amor y nos invita a ser peregrinos de esperanza en el mundo de hoy.  

Vemos en las calles que hay muchas personas en búsqueda de sentido, es decir en búsqueda de Dios, por eso quieren un signo, lo que se demuestra al querer un ramo que ojalá esté bien mojado con agua bendita. Ayudemos a los demás a descubrir en Dios una fuente de sentido, que nos permite mirar con esperanza. Que nuestro testimonio de cristianos se convierta en una alabanza hacia Dios.   

Les deseo una bendecida Semana Santa y los invito a que juntos alabemos al Señor.  

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