Por Comunicaciones DICE

Este viernes en el patio de Casa Central se inauguraron los 3 murales que fueron pintados por estudiantes y profesoras  de la Carrera de Pedagogía en  Educación Artística UCSH. La Población, Pertenencia y Conexiones son el fruto de un proceso de varias semanas donde la Dirección de Innovación, Creación y Emprendimiento (DICE) cumplió un rol fundamental, encauzando y apoyando las ideas que impulsaron este proyecto.

Uno de los aspectos principales, es la contribución a la sustentabilidad ambiental de las obras. Concretamente se trata de una colaboración con la empresa Photio, que aportó un compuesto químico, mezclado en la pintura, que ayuda a retener gases contaminantes, como el C02, de forma similar a lo que consigue un árbol, al simular el proceso de fotosíntesis.

Paulo Durán, jefe de Innovación, Creación y Emprendimiento de la DICE, destacó este aspecto, como una señal del  compromiso de la Universidad Católica Silva Henríquez con la innovación y el desarrollo sostenible. «Este trabajo refuerza el compromiso de la UCSH con la innovación, la creación y el emprendimiento, para impulsar la transformación social, contribuyendo de manera significativa a 5 de los objetivos de Desarrollo Sostenible planteados por las Naciones Unidas», afirmó Durán, durante la ceremonia de inauguración, que contó con la presencia de académicos y estudiantes.

Durán se refirió también a la importancia del trabajo colaborativo que fue el motor de este proyecto, en el que se involucraron «estudiantes y, profesoras, la dirección de Creación y Emprendimiento de la Universidad Católica Silva Henríquez y la comunidad en general.  Esta colaboración demuestra el valor de las alianzas y la consecución de los objetivos de desarrollo sostenible», enfatizó.

Paralelamente, Paula Bórquez, jefa del laboratorio de aprendizaje basado en la comunidad, ABC Lab, destacó el peso simbólico de La Población, el mural que evoca la infancia y el devenir de la educación durante las últimas cinco décadas en Chile. «La Población evoca la infancia en entornos marginados, una realidad muy presente y muy común. También muestra el esfuerzo constante desde los años 70 por alcanzar un buen nivel educativo en Chile», dijo.

Para los alumnos y alumnas que trabajaron en los murales, la educación fue uno de los temas importantes a consignar en las obras. «El muro de infancia está enfocado en que la universidad nació netamente como una universidad enfocada en la pedagogía”, afirma Tatiana Norambuena, una de las autoras, que explica en parte como fue el proceso de creación:

«Partimos proponiendo diferentes bocetos a partir de las ideas que habíamos decidido en cada muro y en un principio caímos en el error de subestimar a quienes vieran los murales, porque hacíamos todo muy concreto, muy literal y no dábamos la oportunidad a la interpretación de quienes iban a observar, que en el fondo es parte de la experiencia de convivir en el espacio».

La mano del ‘Mono’

Los autores y autoras contaron con la ayuda permanente de las profesoras de la Carrera  de Educación Artística, Viviana Silva Flores y Ángela Ramírez Sanz, quienes convocaron al artista Alejandro «Mono» González, conocido como uno de los gestores de la Brigada Ramona Parra y sus murales de temática social, a lo largo de Chile.

«Trabajamos con tres muros que tenían diferentes texturas, una de lata y dos de concreto, los que tenían relieves y partes sobresalidas, entonces tuvimos que jugar mucho con el diseño. Al principio nos complicamos en como realizarlo. En eso, las profesoras nos propusieron  una visita con el artista Alejandro ‘Mono’ González, que fue muy grata muy constructiva”. Nos decía cómo teníamos que realizar  el diseño  de los murales y proyectarlos», cuenta Marisol Bustos, una de las autoras.

Bustos aprovechó la oportunidad para «Agradecer el espacio que nos dieron para poder crear, y que las otras generaciones puedan seguir participando en los proyectos que quieran implementar», aseguró.

Por su parte, la profesora Viviana Silva Flores, enfatizó que «los murales realizados por las y los estudiantes de la carrera, además de contribuir al medioambiente, abren el diálogo y la reflexión a una serie de problemáticas que nos atañen tanto como comunidad universitaria, como sociedad chilena. En ese sentido, son un tremendo aporte al pensamiento crítico, pues, elaborados en el marco del arte contemporáneo, invitan a preguntarnos por lo que significan. Estos no solo son técnica y expresión, sino que pensamiento materializado a través de la pintura», dijo.

Finalmente el jefe de la carrera de  Pedagogía en Educación Artística Camilo Arredondo destacó este hito en el trabajo colaborativo que inspira a la universidad. «El significado que ustedes le han dado a estos espacios, creo que es una marca muy relevante que estamos iniciando en este lugar y abre las infinitas posibilidades que tendremos de generar una universidad más integrada», dijo durante la inauguración.

A continuación, los detalles de las obras explicados por sus propios autores y autoras:

La Población

La infancia marginal que decidimos representar en este mural es una vivencia con la que se puede identificar un 86% de nuestra actual comunidad educativa, incluidas las autoras. Nos inspiramos directamente en la población Víctor Jara y en la canción Luchín para plasmar la imaginación, el ruido y la visión colorida que tiñe el paisaje en nuestras infancias más tempranas.

Otra de las inspiraciones detrás de este mural es el esfuerzo de las poblaciones por alcanzar un nivel educativo durante los años 70 en Chile, reflejado en los “buses escuela” que luchaban contra la precarización de la educación en los sectores más vulnerables.

En la obra participaron las artistas Tatiana N. Valdebenito, Vicky Rosenkranz Zambrano, Javiera Paz Santibáñez Cabrera, y Laura Zapata Castillo.

Pertenencia

Este mural nos invita a formar parte de un territorio, de su comunidad y entorno, en el que la presencia fundamental de la cordillera de Los Andes nos conecta, traza nuestra espina dorsal montañosa que forma parte de la identidad y vida de nuestro país.

Asimismo, junto a nosotros, la cordillera es la encargada de acoger dentro de ella a una diversidad de personas, incluidas aquellas que se trasladan para migrar. En este escenario, las aves son un símbolo de la transformación, la esperanza, de salir del hogar para recorrer el mundo en bandada. Pintadas con los colores centelleantes de la bandera LGBTIQ+, representan, a su vez, la inclusión y diversidad que se encuentran presentes dentro de la comunidad estudiantil de la Universidad.

Por otra parte, destacan en el cielo patrones que se forman al ver la cordillera de Chile por satélite, resaltando la altura y las depresiones del lugar en distintos tonos de verde. Para finalizar, en la zona inferior del mural se observa la silueta de un cité, un modelo habitacional antiguo que reaparece fuertemente hoy en día en diferentes sectores del país como imagen latente.

En esta obra participaron los artistas Geraldine Cuevas Fuentes, Catalina Navarrete Puebla, Marisol Bustos Arriagada y Raúl Ramírez Monsalve

Conexiones

“¡Haced rizoma y no raíz, no plantéis nunca! ¡No sembréis, horadad! ¡No seáis ni uno ni múltiple, sed multiplicidades! ¡Haced la línea, no el punto! La velocidad transforma el punto en línea […] ¡No suscitéis un General en vosotros! Nada de ideas justas, justo una idea (Godard). Tened ideas cortas. Haced mapas, y no fotos ni dibujos”.

Conexiones es un recorrido visual de múltiples ideas segmentadas e interconectadas que toma como referencia teórica el concepto filosófico “rizoma”, desarrollado por Gilles Deleuze y Félix Guattari en Capitalismo y Esquizofrenia (1972). El sistema rizomático corresponde al de un tubérculo de crecimiento horizontal, que carece de jerarquías, de principio a fin. Por ende, el imaginario de la obra se interconecta rizomáticamente con variados eslabones semióticos contemporáneos, relacionando los sistemas de pensamiento y organización con los avances tecnológicos de esta época con las conexiones y comunicaciones que estos conllevan, además de los respectivos nodos generados por la tecnología que producen intersecciones donde confluyen las ideas.

La efervescencia, rapidez y efectividad de los elementos tecnológicos se relacionan directamente con la sistematización posmoderna que socava a la autoridad de la verdad universal, superando aquel pensamiento premoderno, manoseado y caducado, que actúa de manera jerárquica y colonizadora, que corresponde a figuras arborescentes donde solo recibimos informaciones de una unidad superior. Justamente en contraposición a la verticalidad del poder, las figuras de los mapas actúan como una somatización del pensamiento, capaz de ser conectado en todas sus dimensiones, desmontable, alterable y susceptible a modificaciones; puede ser iniciado por un individuo o una agrupación social. Estos medios no actúan frente a imposiciones sistemáticas.

El recorrido del mural no tiene punto de inicio determinado. Tomando en cuenta su ubicación, podrá ser recorrido de diferentes formas, y, además, permitirá apreciar las distintas perspectivas de los edificios cercanos. La versatilidad rizomática permite ver, reflexionar, admirar la obra, incluso habiendo una parte faltante o solo observando un fragmento. La interpretación y cita del texto de Deleuze y Guattari, la cordillera de Los Andes, la placa madre, lo cotidiano, lo territorial y las ideas generan una obra que conecta elementos tangibles, como puede ser una placa madre, con nuestro entorno territorial universitario. También se vincula con elementos intangibles del mundo de las ideas, lo que favorece una importante conexión con la interpretación personal del espectador.

En este mural participaron los artistas Estefanía Jorquera Puebla, Fernanda Gilmar Lorca, Agustín Rolin Manino y Natalia Valdivia Barahona.