Revalorizando la educación parvularia: liderazgo, aprendizaje y profesionalismo desde el jardín infantil

La educación parvularia es una etapa clave para el desarrollo integral de niños y niñas, pero también uno de los niveles menos investigados y reconocidos dentro del sistema educativo chileno. Históricamente feminizado y visto bajo un enfoque asistencialista, este ámbito enfrenta desafíos importantes para consolidar su carácter pedagógico y profesional. Para abordar este vacío, la Dra. Paula Guerra, Directora del Centro de Investigación para la Transformación SocioEducativa (CITSE) y académica de la Facultad de Educación UCSH, lidera un proyecto Fondecyt que busca comprender cómo las directoras diseñan e implementan procesos de aprendizaje profesional en contextos situados. A través de un enfoque horizontal y colaborativo, este trabajo no solo genera evidencia académica, sino que también aporta al fortalecimiento del liderazgo educativo y a la construcción de una visión más compleja y respetuosa de la labor en la educación parvularia.

“La figura de la directora de jardín infantil, en especial, ha sido poco estudiada, a pesar de su rol crucial en liderar y promover el aprendizaje profesional de los equipos educativos, esto es principalmente lo que se investigará en el trabajo que se titula: «Aprendizaje profesional de equipos pedagógicos en educación parvularia: hacia el fortalecimiento colaborativo y situado de la práctica directiva y docente desde la investigación basada en diseño”.

¿Cuál es el objetivo principal de este proyecto Fondecyt?

“El proyecto busca estudiar cómo las directoras de jardines infantiles lideran y acompañan procesos de aprendizaje profesional en sus equipos pedagógicos. Nos interesa entender en detalle cómo este liderazgo se desarrolla en el contexto cotidiano del jardín, más allá de la capacitación tradicional. Además, queremos generar evidencia para fortalecer este tipo de procesos, que consideramos fundamentales para mejorar la práctica pedagógica y el reconocimiento profesional de las educadoras. Para así también visibilizar y estudiar la figura de la directora”.

¿Por qué es tan relevante estudiar el liderazgo en educación parvularia en Chile?

“Porque sabemos muy poco sobre cómo ocurre realmente este liderazgo en los jardines. Muchas veces se replica el enfoque de la educación escolar, que no siempre es adecuado. La educación parvularia tiene características propias: el juego como estrategia central, una didáctica diferente y un fuerte componente de trabajo afectivo. Además, es un espacio históricamente invisibilizado y feminizado, donde el reconocimiento profesional es una lucha constante”.

¿Por qué prefieren hablar de «aprendizaje profesional» en lugar de «desarrollo profesional docente» que es el concepto que comúnmente se utiliza?

“Porque el concepto de aprendizaje profesional enfatiza el protagonismo de las educadoras en su proceso formativo. La noción de desarrollo profesional viene más desde la política pública y a veces implica una mirada más externa e instrumental. En cambio, hablar de aprendizaje profesional nos permite reconocer a las educadoras como profesionales reflexivas que construyen conocimiento desde su experiencia y contexto”.

¿Cómo en una investigación se implementa este acompañamiento con las directoras y equipos?

“El proyecto se desarrolla en ciclos. Primero trabajamos con las directoras en el diseño de sus procesos de aprendizaje profesional. Después, ellas implementan estas iniciativas con sus equipos, mientras nosotras observamos y documentamos cuidadosamente lo que ocurre. Este acompañamiento es horizontal: no llegamos como expertas a imponer soluciones, sino que co-construimos con las directoras, respetando su conocimiento del contexto y de sus equipos. El proyecto busca acompañar a la directora en el proceso de diseñar una propuesta de aprendizaje profesional con sus equipos. Destacamos que esto tiene que ser situado en el contexto educativo del jardín. Somos muy críticos de las capacitaciones externas que no se vinculan directamente con la práctica pedagógica, ellas son quienes mejor conocen a su gente y su jardín”.

¿Qué jardines participan en el estudio y cómo fueron seleccionados?

“Trabajamos con jardines infantiles que reciben financiamiento público, tanto en la Región Metropolitana como en otras regiones. Ya tenemos comprometidos jardines en Maipú, Lo Barnechea y estamos avanzando con contactos en Valparaíso y Concepción. Elegimos trabajar con directoras con las que ya hemos construido vínculos de confianza, porque este tipo de investigación requiere un alto nivel de colaboración y apertura”.

El proyecto liderado por la Dra. Paula Guerra no solo aporta evidencia a un campo escasamente estudiado, sino que también abre caminos para fortalecer el liderazgo pedagógico en educación parvularia desde una mirada situada, crítica y feminista. En un contexto donde la formación y el reconocimiento de las educadoras siguen siendo desafíos pendientes, este trabajo es un aporte clave para construir una educación temprana más justa, profesional y transformadora.

¿Qué aprendizajes esperan que surjan de este trabajo para la sociedad?

“En primer lugar, queremos ofrecer a los jardines participantes un acompañamiento que les ayude a fortalecer sus procesos de aprendizaje profesional. A nivel más amplio, buscamos generar principios orientadores que sirvan para diseñar mejores políticas y prácticas en este ámbito. Esperamos que los resultados puedan informar a instituciones como los SLEP, los DEM y organizaciones como Integra, ayudando a construir procesos de aprendizaje situados y pertinentes”.

¿Cómo esperan difundir los resultados para que sean útiles más allá del mundo académico?

“Nos interesa mucho que los productos del proyecto sean accesibles y movilizadores. Más que generar manuales o recetas, queremos crear materiales que inviten a la reflexión: quizás un mini documental que muestre lo que ocurre en los jardines, o un libro de experiencias acompañado de preguntas que fomenten el pensamiento crítico. La idea es evitar la mirada instrumental y promover el pensamiento reflexivo y profesional”.

¿Qué importancia tiene la perspectiva de género en este estudio?

“Es fundamental. El 99,8 % de las personas que trabajan en educación parvularia son mujeres, y eso marca fuertemente el reconocimiento que recibe esta labor. El trabajo de cuidado, como mudar a un niño o preparar el ambiente de aprendizaje, tiene una enorme complejidad pedagógica que suele ser subvalorada. Queremos visibilizar esta dimensión y contribuir a un cambio cultural que reconozca el valor profesional del trabajo en la primera infancia”.

¿Qué impacto esperan que este proyecto tenga en la formación inicial de educadoras de párvulos?

“Queremos que los hallazgos del proyecto alimenten directamente la formación inicial. Ya hemos tenido experiencias positivas colaborando con la carrera de Educación Parvularia de la UCSH. Mostrar a las estudiantes ejemplos concretos de directoras liderando procesos de aprendizaje profesional es muy potente. Ver a una par enfrentando los desafíos reales del jardín les permite imaginarse como profesionales reflexivas y con agencia en su futuro trabajo”.

¿Cuál es su expectativa personal respecto al aporte de esta investigación al sistema educativo?

“Mi expectativa es que podamos contribuir a cambiar la mirada sobre la educación parvularia. Que se reconozca como un campo profesional complejo, que requiere formación, reflexión y liderazgo pedagógico. Y que desde ahí podamos avanzar hacia un sistema más justo y respetuoso con el trabajo de las educadoras y con el derecho de los niños y niñas a una educación de calidad desde sus primeros».

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