Juventud y política: Cómo los jóvenes han moldeado -y desafiado- el poder en Chile

¿De qué manera han participado las juventudes en la vida política chilena a lo largo de las últimas décadas? ¿Cómo se relacionan los imaginarios sobre “los jóvenes” con la construcción de proyectos políticos? Estas son algunas de las preguntas que intenta responder el historiador Víctor Muñoz Tamayo, Director del Doctorado en Ciencias Sociales con mención en Estudios de Juventud de la UCSH e investigador de la línea Juventud, generaciones y procesos políticos del CISJU, a través de su proyecto Fondecyt: “Hacia una historia contemporánea de la juventud militante. Jóvenes, unidades generacionales y diálogos intergeneracionales en el campo político chileno. 1964-2024”.

Lejos de los estereotipos que asocian juventud y rebeldía de forma automática, esta investigación muestra cómo distintas generaciones han sido clave en momentos de transformación -o conservación- de la sociedad. Este trabajo, que aporta una mirada histórica fundamental para comprender la política actual, además es parte fundamental del Ecosistema de I+inECTT que fomenta la UCSH en relación con el conocimiento y un área prioritaria que son los temas de juventud.

¿En qué consiste esta investigación y por qué es relevante hoy?

“Es un estudio que busca construir una historia política contemporánea de las juventudes en Chile, enmarcado en lo que llamamos historia del tiempo presente. A partir de preguntas actuales -como el protagonismo de una generación juvenil en el gobierno de Gabriel Boric- buscamos entender cómo las identidades políticas juveniles se han formado desde 1964 hasta hoy. Queremos analizar cómo las generaciones políticas juveniles dialogan, se articulan y contribuyen a la configuración del campo político chileno”.

¿Por qué escogieron 1964 como punto de partida para el estudio?

“El año 1964 es clave porque marca la llegada de Eduardo Frei Montalva a la presidencia, con un discurso muy centrado en la “patria joven” y en el protagonismo juvenil. Ese momento inaugura una etapa donde la juventud se convierte en sujeto político de primera línea, algo que se venía gestando con el proceso de masificación de la educación y la expansión de las juventudes en el espacio público. A partir de ahí, podemos rastrear cómo distintas generaciones juveniles han participado -y han sido representadas- en los grandes momentos políticos del país”.

¿Qué fuentes y metodologías utilizan en esta investigación?

“Trabajamos con un enfoque amplio. Revisamos documentos históricos, prensa, memorias de actores, y producimos también testimonios a través de entrevistas. Es un proyecto ambicioso, poco típico porque busca una historia de largo plazo. Somos un equipo de cuatro investigadores con trayectorias en el estudio de juventudes y generaciones políticas. Además, analizamos cómo los discursos y símbolos sobre la juventud han sido utilizados en distintas épocas para legitimar proyectos políticos”.

¿Cómo se relaciona esta investigación con los liderazgos jóvenes actuales?

“Una parte clave del estudio es entender cómo las generaciones políticas se construyen discursivamente. El gobierno actual se presenta como expresión de una “nueva generación”, pero esa idea tiene antecedentes históricos. Queremos analizar cómo en distintos momentos -con Frei, Pinochet y hoy con Boric- la idea de juventud ha sido utilizada para representar proyectos políticos. Al mismo tiempo, queremos ver cómo las propias juventudes han asumido o resistido esas representaciones”.

La investigación dirigida por Víctor Muñoz muestra que la juventud no es solo “el futuro”, como se dice tantas veces, sino un actor político que ha participado activamente en momentos clave de la historia nacional. Comprender cómo se han construido y disputado las identidades políticas juveniles a lo largo del tiempo es fundamental para analizar los liderazgos actuales y pensar en el futuro de nuestra democracia. En ese sentido, este trabajo invita a mirar la historia con nuevos ojos y a repensar los roles de las nuevas generaciones en la política chilena.

Generalmente se asocia que la juventud es el sector más “rebelde” de la sociedad ¿Qué tan cierto es?

“No necesariamente. La juventud es un sector con potencial transformador, en parte porque no está plenamente inserto en los sistemas de poder adulto. Pero ese potencial puede ir en distintas direcciones. A veces hacia el cambio social progresista, y otras hacia proyectos ultraconservadores. Por ejemplo, en los años 60 hubo juventudes movilizadas tanto por la revolución socialista como por ideas de derecha radical. La juventud también fue fundamental en la base civil que apoyó la dictadura militar en Chile, claro ejemplo es la figura de Jaime Guzmán. La juventud no es un actor homogéneo ni predestinado a la rebeldía”.

¿Qué rol jugó la juventud durante la dictadura militar?

“Durante la dictadura, la juventud fue a la vez víctima y sostén del régimen. Por un lado, hubo represión y marginación de las organizaciones juveniles autónomas. Pero también se construyó un discurso oficial que exaltaba la juventud como símbolo de la “nueva patria”, con campañas y actos organizados por figuras jóvenes como Jaime Guzmán. Los gremialistas, muchos de ellos muy jóvenes, fueron actores clave en el aparato civil de la dictadura. Por eso es importante entender que las juventudes no son inherentemente conservadoras o progresistas”.

¿Qué pasó con la participación juvenil en política tras el retorno a la democracia?

“Después de la dictadura, hubo una crisis de las militancias juveniles de masas y una caída en la participación electoral juvenil. La política institucional se envejeció, y los jóvenes buscaron otras formas de participación. El movimiento estudiantil de 2011 marcó un quiebre, con una generación que volvió a posicionarse como actor político, reivindicando el derecho a transformar la sociedad. Ese proceso es clave para entender por qué hoy tenemos liderazgos jóvenes en el poder, pero también muestra que los procesos de generación política son cíclicos y disputados”.

¿Cuál es el aporte que esperan dejar con esta investigación?

“Queremos ofrecer una mirada histórica que ayude a comprender el presente y a cuestionar los estereotipos sobre la juventud. Mostrar que la juventud no es un bloque homogéneo ni un simple relevo biológico, sino que las generaciones políticas son construcciones sociales e históricas. Además, esperamos que este trabajo sea útil tanto para el campo académico como para el debate público, ayudando a entender cómo los discursos sobre la juventud han moldeado -y siguen moldeando- la política chilena.

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