Evaluar para Reactivar el Aprendizaje: un análisis crucial de las Prácticas Evaluativas en la Enseñanza Media chilena

23 de Julio 2025
Categoría: DICE DIPOS

Los resultados del proyecto FONIDE “Evaluar para Reactivar el Aprendizaje”, liderado por el académico e investigador Álvaro González Torres (UCSH), evidenciaron cómo docentes y directivos valoran y utilizan la evaluación en la enseñanza media. El evento reunió a autoridades, expertos y panelistas de instituciones clave del sistema educativo chileno.

La educación chilena, especialmente la enseñanza media, se encuentra en un momento crucial. La preocupación por cómo la evaluación realmente contribuye al aprendizaje de nuestros estudiantes es constante, pero a pesar de los esfuerzos por fortalecer la evaluación formativa para complementar la sumativa, la realidad es que la primera a menudo se subordina a la segunda debido a las exigencias de rendición de cuentas. Es en este contexto que el estudio «Evaluar para Reactivar el Aprendizaje», liderado por un equipo de investigadoras e investigadores de cuatro destacadas universidades, nos ofrece una mirada profunda y necesaria sobre el estado de la evaluación en nuestros liceos.

El estudio financiado por el Centro de Estudios MINEDUC a través del Fondo de Investigación y Desarrollo en Educación, FONIDE, y llevado a cabo por un equipo de investigación multidisciplinario de destacadas universidades (Universidad Católica Silva Henríquez, Universidad de Chile, Pontificia Universidad Católica de Chile y Universidad de O’Higgins), buscó entender cómo docentes y directivos valoran y utilizan las evaluaciones para orientar la toma de decisiones pedagógicas y monitorear el aprendizaje de los estudiantes. Los principales resultados de este estudio fueron presentados recientemente en un seminario en el que participaron representantes del sistema escolar, del Ministerio de Educación, además de académicos y estudiantes de pedagogía.

El estudio, desarrollado durante el año 2024, combinó la revisión de medio centenar de fuentes bibliográficas, encuestas a más de 400 docentes y directivos, y estudios de caso en profundidad con seis liceos públicos y subvencionados a lo largo de Chile. Uno de sus principales hallazgos es que si bien los equipos valoran el potencial de la evaluación para guiar la enseñanza y el aprendizaje, su uso real sigue centrado en la calificación.

“La evaluación sigue siendo más un mecanismo de certificación del rendimiento que de retroalimentación del aprendizaje, aunque los docentes anhelan otra cosa”, afirmó Álvaro González, académico UCSH e investigador responsable del proyecto, quien enfatizó que “existe una tensión entre lo que docentes y directivos declaran valorar de la evaluación y lo que terminan realizando en sus aulas”.

La investigación revela que las evaluaciones más comunes son las pruebas de desarrollo, los trabajos o proyectos grupales, pruebas de selección múltiple, exposiciones y mapas conceptuales, con una frecuencia quincenal o mensual. También destaca que un 87% de los encuestados usa semanalmente la observación de actividades en clases como una forma de evaluación. En cuanto a las mediciones externas, como el Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA), se utilizan para comparar niveles, monitorear progreso, diagnosticar, sustentar decisiones curriculares y retroalimentar la práctica docente.

El estudio evidencia que docentes y directivos valoran y tienden a usar evaluaciones con una intención sumativa y centradas en la calificación, en combinación con instancias formativas, enfocadas en el proceso de aprendizaje. Esta combinación de lo sumativo y lo formativo se da en lo que el estudio describe como «ciclos evaluativos» o «evaluaciones de proceso», que permiten obtener información y tomar decisiones sobre la enseñanza, realizando ajustes para diversificar las evaluaciones. Sin embargo, un aspecto preocupante es que aspectos como la brecha de género son escasamente considerados o están ausentes en estas evaluaciones.

Estos y otros resultados del estudio fueron presentados en la Universidad Católica Silva Henríquez (UCSH), en un seminario que contó con la participación de autoridades universitarias, representantes del Ministerio de Educación, sostenedores, académicos, estudiantes de pedagogía, entre otros.

“Este proyecto ha puesto en el centro un tema clave para la justicia educativa: la posibilidad real de utilizar la evaluación como herramienta para transformar las prácticas pedagógicas”, señaló el rector de la UCSH, Dr. Galvarino Jofré, al iniciar la jornada. Por su parte, el director de la Dirección de Investigación e Innovación UCSH, Dr. Héctor Opazo, agradeció el trabajo realizado y planteó que este proyecto «nos obliga a revisar nuestras prácticas e impulsarnos a fortalecer marcos institucionales más coherentes con una evaluación justa y formativa.”

Puedes ver el video del Seminario aquí

Posteriormente, Álvaro González presentó los principales resultados del estudio, junto a Paulina Contreras, académica de la Universidad de Chile y co-investigadora del proyecto. Contreras destacó que a través de la evaluación “los docentes van observando a sus estudiantes y, en base a eso, van obteniendo información acerca de cómo está ocurriendo el proceso de aprendizaje para guiar sus decisiones de avanzar, detenerse o retroceder en la enseñanza”.

El seminario contó además con un panel de conversación moderado por el académico UCSH Segundo Sepúlveda, y compuesto por especialistas de distintos organismos del sistema escolar chileno. Desde el Mineduc, Tamara Rozas, Coordinadora de Evaluación y Estándares de la Unidad de Curriculum y Evaluación, destacó que “los resultados del estudio nos refuerzan la necesidad de difundir y trabajar con los establecimientos qué significa la evaluación en un marco amplio y con un sentido formativo profundo.” En tanto, Teresa Flórez, experta de la Universidad de Chile apuntó que “mi experiencia trabajando evaluación para el aprendizaje con establecimientos muestra que tenemos que repensar la relación entre academia y escuela, para acompañar procesos de transformación de la evaluación”.

En tanto, desde la experiencia territorial en el SLEP Barrancas, Daniela Chamorro recalcó que los SLEP «tienen el desafío de acompañar a los liceos en el uso de la evaluación para tomar decisiones pedagógicas, especialmente con jefaturas de UTP como actores clave.” Por su parte, David Herrera, académico de la USACH, subrayó que “la transformación cultural en torno a la evaluación comienza con la formación incial del profesorado y ello interpela a las universidades públicas y privadas a cargo de carreras de pedagogía.”

El evento cerró con un llamado al diálogo, la acción y la necesidad urgente de políticas diferenciadas y contextualizadas, que permitan que la evaluación realmente apoye el aprendizaje y no lo obstaculice.

Hallazgos Clave: Prácticas y Preferencias Evaluativas en los Liceos

El estudio identificó las evaluaciones más utilizadas en los liceos chilenos: las pruebas de desarrollo, los trabajos o proyectos de investigación, las pruebas de selección múltiple, las exposiciones en clase y los mapas conceptuales.

Es notable que un 87% de los encuestados declara usar semanalmente la observación de actividades durante las clases como instancia evaluativa.

En cuanto al uso de las mediciones externas, como el Diagnóstico Integral de Aprendizajes (DIA), se utiliza con frecuencia para comparar el nivel de aprendizaje entre cursos (33%), monitorear el progreso del aprendizaje (31%), diagnosticar el nivel de aprendizaje de los estudiantes (41%), obtener datos que sustenten decisiones curriculares (27%) y retroalimentar la práctica pedagógica del profesorado (29%).

A pesar de la diversidad de herramientas, las preferencias sobre evaluación de docentes y directivos se inclinan hacia aquellas que entregan información sobre el desarrollo de contenidos conceptuales, cuya frecuencia de aplicación es por unidad, y que tienen una intención sumativa. Sin embargo, de manera contrastante, declaran la necesidad de utilizar más instancias de evaluación formativa, que se enfoquen en el proceso de aprendizaje en lugar del rendimiento.

En la práctica, las instancias de evaluación sumativa y formativa se combinan en lo que el estudio denomina «ciclos evaluativos» o se desarrollan como «evaluaciones de proceso», entregando retroalimentación y asignando puntajes o porcentajes que conducen a una calificación. Esta forma de evaluación es valorada porque permite obtener información sobre el aprendizaje de los estudiantes y tomar decisiones sobre la enseñanza, realizando ajustes para atender la diversidad del estudiantado. No obstante, un hallazgo importante es que aspectos como la brecha de género son escasamente considerados en estas evaluaciones.

Conclusiones y Recomendaciones: Hacia un Equilibrio Evaluativo

Las conclusiones del estudio son contundentes y ofrecen claras recomendaciones para el futuro de la evaluación en la enseñanza media:

• En los liceos, prevalece la calificación como el propósito central de la evaluación, aunque se declara una necesidad de considerar también la retroalimentación a docentes y estudiantes.

• Existe un consenso en que docentes y directivos valoran y esperan que las evaluaciones sean fuentes de información relevante para guiar la enseñanza y reactivar el aprendizaje, combinando la evaluación formativa con la sumativa.

• La diversificación de las evaluaciones es un tema altamente valorado, pero existen múltiples conceptualizaciones sobre lo que implica. Por otro lado, la consideración de las brechas de género en las evaluaciones es marginal o ausente, lo que podría atribuirse al peso de otras prioridades y percepciones culturales en el sistema educativo.

• Los hallazgos refuerzan la necesidad de fortalecer marcos y lineamientos que equilibren la intención formativa y sumativa de la evaluación.

• Los resultados sugieren que tanto la evaluación de aula como las mediciones externas pueden fortalecer los procesos de aprendizaje estudiantil y los procesos de aprendizaje y mejora continua a nivel institucional, evitando una visión reduccionista o meramente administrativa del proceso evaluativo.

• Finalmente, la evidencia del proyecto apoya la idea de avanzar hacia políticas diferenciadas y contextualizadas, capaces de reconocer tanto las tendencias generales como los requerimientos específicos de ciertos subgrupos escolares.

Este estudio provee una base sólida para entender las realidades de la evaluación en la enseñanza media chilena y ofrece una hoja de ruta para políticas y prácticas que realmente impulsen la reactivación y mejora del aprendizaje en el país.

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