Educación y Diplomacia. De Sarmiento a Mistral, 1842- 1952

Resumen:

Desde las independencias, la preocupación por organizar sistemas educativos para las jóvenes repúblicas americanas movilizó a los círculos políticos e intelectuales. Figuras como A. Bello y D.F. Sarmiento reflexionaron sobre cómo generar sistemas educativos para la formación de nuevos ciudadanos. Así, Sarmiento fue encomendado por Manuel Montt, (Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública de Chile) para evaluar las nuevas corrientes pedagógicas. La necesidad de modernizar el sistema escolar completo, invitó al gobierno chileno a replicar acciones similares a los demás países latinoamericanos, por lo cual, es posible plantear que el despliegue internacional cuyo norte fuese la educación, ya fuera para aprender de otros o para promover lo propio, era parte de los proyectos nacionales en la región. Estas iniciativas son analizadas en el proyecto como elementos de diplomacia en un sentido amplio del término, en el que se combinan dimensiones y lógicas estatales con improntas e iniciativas individuales de las figuras que realizaron las misiones. Las cuestiones clave que se esperan responder con el cumplimiento de los objetivos son: 1) ¿qué tipo de figuras se seleccionaban para realizar las misiones educativas? ¿En qué medida se superponían las necesidades de esas misiones con lógicas estatales de legaciones y representación formal de los países en los destinos de las mismas?¿La misión si era diplomática en qué sentido (porque las personas que las realizaban no eran diplomáticos -sabemos que no existía tal cosa como carrera en el siglo XIX, pero en el caso paradigmático de Sarmiento tampoco se trataba de alguien que hubiera cumplido ese papel (como sí otros tantos latinoamericanos en París o Londres)?; 2) ¿Las misiones educativas eran programadas y por lo tanto explotadas por la dependencia encargada de la materia (Secretaría de educación) o dependían de presidencia?; 3), dependiendo de lo anterior, ¿qué se hacía con la información recabada, ¿a quién se dirigía?, ¿quién decidía cómo se implementarían los cambios/adaptaciones? De antemano se presupone que los mecanismos de selección de las y los miembros de las comisiones con tareas ligadas directamente al avance educativo de las distintas naciones respondió a diversas motivaciones: en el siglo XIX a afinidades ideológicas, capital simbólico y relacional de los comisionados; posteriormente, gracias a la paulatina especialización de la pedagogía tanto a nivel disciplinar como esfera productiva, los/as agentes enviados estaban vinculados con el devenir escolar de sus respectivos países. 

Objetivos: 

Objetivo General 

Estudiar la dimensión diplomática desde las misiones (o proyectos) educativos desplegados por los países latinoamericanos en el largo plazo (1842-1952), reflexionando sobre el interés de dichos gobiernos por innovar en materia educativa desde una perspectiva internacional y las repercusiones de ello en la estructuración de los respectivos campos culturales de cada nación.

Objetivos Específicos 

  1. Dar cuenta de la cartografía que organizaron a las misiones educativas, reconociendo de sus respectivas dimensiones diplomáticas. 
  2. Reconocer los aportes de las misiones educativas en el proceso de construcción de las naciones en lo referente al robustecimiento de los respectivos campos intelectuales, por cuanto la participación en dichas actividades internacionales propició la especialización tanto de la esfera educativa como de otras esferas de la vida social.  
  3. Proponer una novedosa perspectiva de estudio de la diplomacia cultural y la diplomacia pública, tomando como eje de análisis las misiones educativas, cuyos fines y acciones específicas (como los regalos, las inauguraciones, las donaciones para bibliotecas, las conferencias, entre otras), se posicionan entre la creación de representaciones nacionales y la difusión de propaganda de los Estados. 
  4. Producir reflexión crítica en torno al campo cultural Latinoamericano bajo el cual se enmarca esta investigación sobre las misiones educativas y las repercusiones de éstas, a partir del cruce de estudio de documentos históricos, la sociología de la cultura y la historia intelectual.  
  5. Promover la producción de conocimiento en torno a la Cooperación Internacional en el ámbito educativo, en tanto ejercicio reflexivo y colaborativo en Latinoamérica.  
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