«Las mujeres son cuestionadas por decidir competir públicamente a cargos de representación»

Un estudio de ONU Mujeres, junto al Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, reveló cuáles son las principales barreras que encuentran las mujeres que deciden dedicarse a la vida política en nuestro país. En la investigación participaron alcaldesas, gobernadoras regionales, diputadas, senadoras, ministras y subsecretarias, quienes aseguraron que los estereotipos de género, labores de cuidado no remunerado, violencia política y el rol de los partidos políticos en la sociedad son los mayores obstáculos que se encuentran al momento de querer iniciar una carrera política.
Un 78% de las encuestadas señalan haber presenciado violencia política contra las mujeres. El 54,3% considera que no existe una cultura organizacional que facilite la conciliación entre el trabajo político y otro tipo de labores.
“Las barreras que enfrentan las mujeres para entrar en la política son múltiples y aunque se manifiestan en limitantes institucionales, tienen su raíz en aspectos culturales que legitiman el confinamiento de las mismas al ámbito privado y las sancionan por tanto cada vez que ocupan el espacio público», comentó Lucía Miranda Leibe, investigadora de la FLACSO Chile y académica de la Universidad Católica Silva Henríquez.

La experta agregó que «si bien estudios recientes demuestran que las personas no tienen rechazo a votar por candidatas mujeres; las mujeres son cuestionadas por decidir competir públicamente a cargos de representación y esas sanciones se hacen evidentes en la dificultad de compatibilizar las labores de cuidado con una carrera política”.
Desde regreso a la democracia, el Estado ha realizado esfuerzos para implementar políticas públicas que garanticen los derechos y la participación de las mujeres, y es así como aumentó la representación femenina en el Congreso, en los municipios y en el gobierno. Solo en la Cámara de Diputados y Diputadas la representación pasó del 5,8% en 1990 a 35% en las últimas elecciones de 2021.
Hace 20 años era tan escasa la participación de la mujer en política, que ni siquiera aparecían nombradas en las Constitución del país. Por lo mismo, en el año 1999, mediante la Ley N° 19.611 se reformó la actual Constitución Política de Chile con el objetivo de incluir un lenguaje no sexista en disposiciones fundamentales. Así, se modificó la expresión “los hombres” en el artículo 1º de la Constitución por “las personas”. El texto resultante fue el siguiente: “Las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. La misma reforma agregó en el inciso primero del artículo 19 Nº 2 la frase: “el hombre y la mujer son iguales ante la ley”.
“Si bien a nivel de cargos ministeriales la administración de Gabriel Boric logró posicionar casi un 60% de mujeres en puestos claves (Bachelet lo había logrado en un 50% en su momento) la falta de asistencia en materia de cuidados hace que exista muy baja ocupación de cargos políticos a nivel local por parte de mujeres; ahí hay un desafío y tiene que ver con cambiar el paradigma que legitima el confinamiento de la mujer al espacio privado y la sanciona cuando intenta ocupar el espacio público”, comentó Lucía Miranda.
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