(Vía Diario de la Educación)

En 2019, una determinación ministerial -propuesta por el Consejo Nacional de Educación- llevó a eliminar del Plan Común Obligatorio del Currículo Escolar (PCO) las disciplinas de Arte y Música, Historia y Geografía y Educación Física. En ese momento pasaron a ser asignaturas optativas para los escolares, lo que, según Luis Valenzuela, Decano Facultad de Educación de la Universidad Católica Silva Henríquez “ha generado un daño irreparable a los estudiantes y profesores”.

Para el académico y Doctor en Actividad Física en Ciencias del Deporte Universidad de las Palmas de Gran Canaría, España, esta medida se debe corregir “en la lógica de avanzar hacia un nuevo contrato social por la educación”.

Entre las razones que argumenta, está que, tras tres años de inestabilidad política, social, sumado a los efectos que ha dejado la pandemia, ha quedado en evidencia “la necesidad de la población de tener actividad física, de cultivar el espíritu mediante las artes, y de comprender cómo han sido nuestros procesos históricos”, sostuvo.

A juicio de quien además ejerce como profesor de Educación Física Universidad de Chile, entre los perjuicios que ha provocado esta decisión, está que se “vulnera el derecho a una educación integral, multidimensional y equitativa garantizada por la ley General de Educación (art. 3 y 10). Asimismo, constató que una serie de establecimientos municipales y particulares subvencionados carecen de  los recursos económicos y humanos para aplicar la reforma tal como se formuló y que además esta medida atenta contra la  estabilidad laboral del profesorado, ya que un gran número ha visto reducida su jornada, entretanto, a otros les han modificado sus  labores docentes”.

Asimismo, “la falta de sentido de esta cuestionada medida se expresa también en una encuesta de opinión realizada por el Consejo Académico Nacional de Educación Física, de agosto del 2019, en la que los profesores señalaron en un 97% oponerse a esta reforma, dado los daños y perjuicios que causa a los escolares”.

La justificación que entrega para que dichas asignaturas vuelvan a ser obligatorias en el currículo escolar, es que “por ejemplo, en que en el caso de las artes visuales estas son un importante espacio pedagógico en el cual la expresión y propuestas de ideas, sentimientos y emociones, tienen relevancia para el desarrollo imaginativo, de autopercepción, percepción del entorno natural y cultural”.

En el caso de la música y el sonido en opinión del académico “son elementos vertebrales de nuestra corporalidad. Todo lo que existe conforma una “identidad sonora” y, así también, variados son los beneficios desde el punto de vista expresivo, creativo, cognitivo y social, a la vez, otorga el sentido de pertenencia a un grupo, fortaleciendo la propia identidad. Además, hay que destacar su significativo aporte en el desarrollo cognitivo, pues potencia la memoria, la concentración y el desarrollo del lenguaje”.

Respecto de la asignatura de educación física, explica que “juega un papel insustituible al evitar la inactividad motriz, que conlleva un evidente incremento de problemas de bienestar y salud entre los jóvenes. Además, esta disciplina enseña a trabajar colaborativamente, cumplir reglas y diseñar estrategias colectivas. Esto explica la tendencia mundial por aumentar el número de horas, y no viceversa”.

Mientras que para la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales excluirlas del plan común “atenta con la necesidad de conocer y comprender nuestro pasado y el mundo actual. En síntesis, su exclusión desvaloriza el objeto de la disciplina: toda actividad humana, que ha contribuido a forjar nuestro presente”.